jueves, 6 de mayo de 2010

A mis nietos

Dos tesoros tiene vuestra casa,
dos tesoros de platino que serán más cada día,
que os quitarán las penas
y os darán muchas alegrías.

Dos tesoros llenos de amor y alegrías
que serán en vuestra casa
lo más que hay en la vida.

Rosa.

Los abuelos son importantes

Esta semana, en el colegio de mis hijos, y probablemente en muchos de los colegios de España se ha celebrado el día de los abuelos.

Es un día en el que los abuelos acuden al colegio, y los niños les cantan canciones y hacen alguna actividad. Luego dependiendo de los sitios, suelen tomarse un desayuno. A mi entender se pretenden dos objetivos: homenajear a los abuelos y que los niños comprendan, entiendan y compartan el respeto por nuestros mayores.

En muchas ocasiones, si no fuese por los abuelos, los ajetreados padres y madres estaríamos perdidos.

Hacen de enfermeros y nos cuidan los críos cuando se ponen malos. Y claro esto es la mayor parte del invierno, porque con lo que madrugan los pobres y el frío que hace se pasan con los velones medio curso.

Nos sacan en más de una ocasion de un apuro y llevan y traen a los niños del colegio. Y es que no sé quién, en ocasiones me crea un sentimiento de cariño, si el niño con el mochilón que los llevan que parece que vayan a estar allí un mes, o el abuelo o abuela con cinco peques que ha ido recolectando, vigilando que no se le escape ninguno.

Observadlo y ya veréis. Quizás porque ellos ya nos han criado a nosotros, tienen una capacidad enorme de querer a sus nietos, y eso se puede ver en la ternura con que un abuelo habla a su nieto, pero sobre todo se refleja en las miradas y sonrisas que los nietos dedican a los abuelos .

Para mí, los abuelos son importantes y hacen una labor importante no solo en el ámbito familiar, sino también para la sociedad. Estoy seguro que en el ámbito familiar esa labor compensa, pero quizás en el ámbito social alguien debería pensar en compensarles.

Abuelos, gracias por estar ahí.

viernes, 30 de abril de 2010

TUYO SÍ, MÍO NO. Por fin nos hemos decidido

Llevaba mucho tiempo preguntándome de dónde provenía mi afición a la lectura y sobre todo a la escritura. Siempre he tenido la inquietud de escribir cosas, y nunca me había atrevido a compartirlas, quizá por este motivo no he desarrollado más esta afición. Con el paso del tiempo he descubierto que esta afición proviene de mi madre.

Hasta hace no mucho, mi madre era la típica ama de casa de aquella generación de niños que tuvieron su infancia en la época de la post-guerra, y que luego fueron los padres de las númerosas familias de los años sesenta y setenta: ellos trabajando fuera de casa, y ellas cuidando de los niños y de la casa. Ellos con alguna oportunidad de formarse y ellas con prácticamente ninguna.

Pero resulta, que una vez jubilados mis padres, a mi madre le da por escribir, pintar, dibujar... y yo a la vez, leyendo sus escritos, viendo sus pinturas y dibujos descubro una persona con una sensibilidad extraordinaria, y una enorme capacidad de expresión, que le permite afrontar la vida desde un punto de vista positivo y optimista.

En el fondo, ella nos está dando una lección a todos nosotros, que hemos podido estudiar, trabajar y desarrollarnos. Esa lección consiste en que hay que compartir, compartir con los demás en el más amplio sentido de la palabra. Compartir las alegrías, las penas, las inquietudes... las emociones. Que compartir hace que la vida sea más llevadera y feliz.

Por eso, por fin me he decidido a crear este espacio, este rincón cotidiano en el que atreverse a compartir. "Tuyo sí, mío no" nace con esta filosofía, la de compartir con todos vosotros las pequeñas cosas de la vida cotidiana, las verdaderamente importantes. Algunas veces con la simple narración de lo que nos ha pasado en el día, y otras a través de escritos, pinturas o dibujos, que en el fondo son la expresión de nuestra experiencia vital.

Espero que lo disfrutéis tanto como nosotros.