Negro, tu mundo se vuelve negro. Todo está mal. Todo está en tu contra. Mejor no hacer nada, ¿para qué si nada vas a lograr?. Vas dejando de hacer cosas, aquellas cosas que verdaderamente te gustaban, que te hacían sentir bien. Aquellas que te generaban ilusión. Ahora solo piensas que no las haces porque realmente no quieres hacerlas. No eres consciente de lo que pasa contigo, no te das cuenta. Y te inhibes. Pasas del no quieres al no puedes. No sabes por qué. Te lo preguntas. Pero lo único que sabes es que no puedes. Has olvidado como empezó todo, y ya no recuerdas...
Blanco, tu mente está en blanco. Has construido un mundo imaginario a tu alrededor, en el que la realidad está distorsionada, o no existe. Solo existe tu mundo. En tu mente. Construyendo una fábula que sólo tú te crees, y que te hace pensar que todos desconfían de tí, que nadie te ayuda, que nadie te quiere. Crees que lo único que haces es estorbar, que no sirves para nada. Los demás no se dan cuenta que lo que realmente te pasa es que no puedes. Tu entorno se degrada, todo son enfrentamientos, nada está bien, todo son quejas y poco a poco arrastras a los demás a ese mundo que tu has creado.
Si alguna vez tienes un día gris, no dejes que mañana se convierta en un día negro. Sigue peleando, sigue luchando, por ti, por las cosas que realmente importan. Simplemente trata cada día de ser mejor persona, y harás felices a los demás. La vida consiste en eso, en vivirla. Como la vivas depende mucho de tí.