jueves, 3 de abril de 2014

Secretos infantiles

Volvemos a intentarlo con los micro-relatos.

Secretos infantiles
Luego cruzó el pasillo, bajó al sótano y mató al prisionero. Josito cuchillo en mano, me miraba ojiasustado, y a mí de repente me había invadido un gran sentimiento de culpa. "Se lo tienes que decir a papá" le dije para así poder aliviar mi conciencia. Lo habíamos mantenido oculto durante más de un mes, y hoy Josito se había derrumbado cuando papá, mientras desayunábamos, había comentado que en el sótano se oían ruidos como de ratones. No había muchas opciones: ocultar el cadáver del conejo o confesar, vivir o morir. Y decidimos vivir.