Odio, es un segundo micro-relato que comienza igual de traición. Fue una idea que me pasó por la cabeza y que no he podido evitar publicar.
ODIO
Sus
labios perfilados se contraen para dejar escapar un silbido corto. Era la
señal: el vil y cobarde asesino está al acecho en la oscuridad de la noche. Su
método: el despreciable tiro en la nuca. “¡Hijo de puta! No te saldrás con la
tuya”. La víctima salió del coche. Sentí su miedo desde la distancia, y pude
escuchar la respiración acelerada del asesino. Pensé en la familia del hombre,
sus hijos, su esposa. Cargué el arma, me acerqué a él y con un rápido
movimiento le encañoné: “no te muevas hijo de puta”. Lloré al ver como apenas
un niño, me traspasaba con una mirada de profundo odio
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