miércoles, 26 de diciembre de 2012

Deliciosas magdalenas


Bueno, pues en estas fechas de estar calentito en casa, acurrucadito con la familia, dejando llenarse el espíritu de ese yo que sé especial y deseando que dure todo el año, siempre hay alguien qué te saca del letargo y que dice: ¿y si os hago unas magdalenas? Si es que la quiero con locura y eso que cuando nos casamos no hacía magdalenas.

Deliciosas magdalenas
“No, claro que no queremos perdérnoslo”. Los niños seguían mirando con ilusión. “¿Por qué mamá llama a las magdalenas con ese nombre tan raro?”. En la mesa de la cocina aquella mezcla deliciosa preparada. “¡Crema de mantequilla! ¿Nos dejarás chuparnos los dedos?”. Con una sonrisa, la madre apaga el horno y juntos se ponen a adornar. Luego más sucios que limpios, tienen que dejar enfriar, así que abren la puerta de la cocina y se van. Pero al cabo de un poco los niños regresan sigilosos, y uno de ellos, alargando su mano me da el primer mordisco.

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